miércoles, enero 12, 2005

LA CASA DE LAS BELLAS DURMIENTES

“EL BRAZO”

“- Puedo dejarte uno de mis brazos para ésta noche- dijo la muchacha. Se quitó el brazo derecho desde el hombro y, con la mano izquierda lo colocó sobre mi rodilla.
- Gracias- Me miré la rodilla. El calor del brazo la penetraba.
- Pondré el anillo. Para recordarte que es mío- Sonrió y levantó el brazo izquierdo a la altura de mi pecho - Por favor – con un solo brazo era difícil quitarse el anillo.
- ¿Es un anillo de pedida?
- No, un regalo. De mi madre.
Era de plata, con pequeños diamantes engarzados.
- Tal vez se parezca a un anillo de pedida, pero no me importa. Lo llevo, y cuando me lo quito es como si estuviera abandonando a mi madre.
Levanté el brazo que tenía sobre la rodilla, saqué el anillo y lo deslicé sobre el anular.
- ¿En éste?
- Sí – asintió ella -. Parecería artificial si no se doblan los dedos y el codo. No te gustaría. Deja que los doble por ti.” [...]
YASUNARI KAWABATA